5 nov 2017

Lo que guarda el cementerio de Toro



M. B. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica continúa trabajando en las labores de «investigación» destinadas a la «cuantificación e identificación» los restos mortales de fusilados durante la Guerra Civil en Toro, los cuales fueron enterrados en fosas comunes en el cementerio municipal de la ciudad, según ha informado su presidente, Raimundo Martín. Aunque no se aventura a dar una cifra, porque queremos ser muy rigurosos, puntualiza Martín, sin embargo, los datos que han podido recopilar hasta ahora les llevan a «sospechar que haya muchísima gente enterrada». Los trabajos son una continuación de los llevados a cabo a principios del año pasado, en que fueron exhumados los cadáveres de tres fusilados, cuyos restos se encuentren en el Instituto Anatómico Forense de Madrid a la espera de poder ser identificados. Una empresa , según Martín, arduo complicada, ya que se necesita saber quién los reclama y hacer después una comprobación con la coincidencia del ADN del familiar. De momento nadie ha reclamado los restos.
Las exhumaciones, aclara el presidente de la asociación, son el último de los procedimientos que hacemos. Lo primero que se hace es cuantificar e identificar los restos y, luego, si alguien quiere recuperarlos, si se puede, se hace. Este es el proceso que sigue la entidad y en el que se encuentra inmerso el caso de los fusilamientos de Toro. Un proceso, subraya Raimundo Martín, que se sabe cuando empieza, pero nunca cuando acaba, porque nuestra intención es cuantificar con la mayor exactitud posible el alcance del 36 y, para que nadie nos acuse de charlatanes, queremos dar datos precisos.
La exhumación de los tres cadáveres aparecidos en una fosa del cementerio toresano dieron pie a los expertos de la asociación a suponer que había más y a partir de ahí se intensificó la investigación, la cual se está llevando a cabo a través de archivos públicos y privados y de los testimonios personales. Hay gente que nos ha dicho que sospechan que su familiar fue enterrado en el cementerio municipal, dice Martín, y prosigue, en otros nos dan datos más concretos de que fueron enterrados allí, otros saben que fue en el cementerio pero no el lugar exacto y algunos saben incluso el día que fusilaron a su familiar, pero, en cualquier caso, asegura que el trabajo es muy complicado. Se sabe, eso sí, que muchos de los fusilados fueron personas que estaban ingresadas en la prisión del partido judicial, ubicada entonces en el Alcázar, aunque, añade, a otros los trajeron directamente a fusilar al cementerio. Existe, además, una dificultad añadida, y es que muchas de las personas que fueron enterradas en Toro no eran de aquí, sino que procedían de pueblos de la comarca y de Zamora. Según la información facilitada en anteriores ocasiones por expertos de la entidad, los fusilamientos no solo se llevaron a cabo a pie de fosa, concretamente junto a un árbol del que les han hablado algunos toresanos, sino que tenían lugar en los pasillos del cementerio e incluso en el camino que lleva al camposanto. Así mismo han señalado que las fosas solían albergar entre 3 y 4 cuerpos correspondientes a miembros de la misma familia. Uno de los forenses que colabora con la asociación ha apuntado la idoneidad de que, dada la magnitud de enterramientos que se presupone hubo en el cementerio toresano, lo mejor sería hacer un mapa genético, que es el nombre que los expertos dan a una metodología de identificación concreta, muy similar a la utilizada en la antigua Yugoslavia e incluso en Argentina o Chile.
Sea como fuere, afirma Raimundo Martín, no importa el tiempo que se emplee, lo importante es que hay muchas familiar que nos preguntan por su familiar y nuestra obligación es darle información, pero información rigurosa». En el caso de Toro, lamenta no poder dar más información de momento, pero somos extremadamente cautelosos con este tema. El presidente insiste una y otra vez en la seriedad y el rigor de las actuaciones que lleva a cabo la asociación precisamente en un momento en que el derecho a desenterrar a los muertos de la Guerra Civil, como propone el juez Garzón, ha desatado la polémica entre partidarios y retractores, entre quienes lo ven como un acto de justicia y quienes piensan que con ello se reabren viejas heridas. En medio de la disputa dialéctica, Raimundo Martín tiene claro y quiere dejarlo así ante la opinión pública, que la labor de la asociación que presiden «es tendente a que se aclare lo más que se pueda la identificación de esas personas para que sus familiares, si así lo quieren, pueden darles una sepultura digna, pero siempre partiendo de la base de que no se trata de buscar enfrentamientos políticos. Sabemos que son hechos pasados y que pueden haber prescrito, en muchos casos, pero lo que es incuestionable es que las personas tienen derecho a saber dónde están sus familiares enterrados. El Ayuntamiento de Toro, gobernado por el PP, que mantiene discrepancias con el Gobierno socialista sobre cómo afrontar este tema, ha facilitado la labor de investigación a la asociación autorizando las actuaciones en el cementerio e incluso poniendo a nuestra disposición las dependencias que hay en su interior para que pudiésemos depositar los restos de los tres cadáveres exhumados antes de trasladarlos a Madrid.

En 1998 fueron identificados 4 cadáveres
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica se puso en contacto con el Ayuntamiento de Toro en el año 2006 tras tener conocimiento de la realización de obras para la construcción de nuevos nichos en el cementerio municipal de la ciudad, por temor a que se pudiesen destruir algunas fosas de las que tenían conocimiento, a tenor del elevado número de desaparecidos que hubo en Toro durante la Guerra Civil. Según archivos consultados entonces por la asociación, 263 personas fueron llevadas a prisión, la mayoría hombres, y de los cuales la mayoría fueron fusilados. Durante el levantamiento del terreno se llevó a cabo el seguimiento arqueológico que permitió detectar la existencia de varias fosas, aunque algunas albergaban restos de fallecidos a causa de la "gripe española" en 1918. En una de ellas fue donde aparecieron los cadáveres de los tres hombres, dos de ellos jóvenes, así como algunos objetos personales como unas botas, un cinturón o un reloj. Esta no ha sido, sin embargo, la única exhumación realizada en el cementerio de Toro. En 1998 fueron rescatados cuatro cuerpos que fueron identificados por sus familiares tras el reconocimiento de varios objetos personales. Asimismo, en los años 80 fue destruida otra fosa a causa de otras obras de ampliación del recinto.



































































2 comentarios :

  1. Fantástica la información que nos brindas con tanto lijo de detalle...creo que te hare un copy and paste para mi articulo gemelo.

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  2. Muchas gracias y ahí esta la información gordo.

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